18 - Septiembre - 2007
Diario de Gipuzkoa
La DGT estima que por los cinco centros de recuperación del carné por puntos de Gipuzkoa pueden pasar al menos unos mil alumnos al año. ¿Ha realizado Aracama una estimación de cuántas personas deberán superar este trámite en Donostia?
De momento, aunque ya estemos preparados para impartir estos cursos en julio, no esperamos que empiece a venir gente hasta después del verano, cuando las sanciones que supongan el descuento de puntos sean ya firmes. A partir de entonces, desconocemos qué pasará: si habrá una avalancha de gente o tendremos las aulas vacías. No hay experiencia al respecto y es difícil prever cuántos alumnos tendremos. Lo que sabemos de momento es que debemos organizar obligatoriamente un mínimo de un curso mensual de recuperación parcial de puntos y otro de recuperación del carné cada dos meses.
¿Qué le parece que los cursos incidan más en la sensibilización del conductor ante los peligros de la carretera que en la formación de carácter más técnico?
Es justo lo que necesita la mayoría de los infractores reincidentes, que son los que más van a sufrir los efectos del nuevo permiso. Tiene que quedar claro que lo de tener que regresar a la autoescuela no es para volver a sacarse el carné, sino para recibir clases de educación vial y concienciarse de lo que es un coche.
¿Y eso no debería quedar claro desde que una persona obtiene el permiso de conducir?
Cada vez hay más contenidos de este tipo en los manuales que se utilizan para aprender a conducir, pero con el tiempo se nos va olvidando que no estamos solos en la carretera. Hay gente a la que es necesario volver a reeducar.
La normativa cambia continuamente y hay gente verdaderamente perdida con las nuevas señales...
Por eso es tan importante el reciclaje y debería ser obligatorio para algunos conductores, independientemente de que hayan perdido su saldo de puntos o no. Hay gente que sale a la carretera y no tienen ni idea de si va por una vía de 90 o de 120 kilómetros por hora. Y no digamos de los líos que se hacen los conductores de 40, 50 o más años en las rotondas, que no existían cuando ellos se sacaron el carné... Por eso pienso que debería haber algún tipo de reciclaje o campañas informativas potentes cada vez que se cambia una norma. Un conductor no debe esperar a que le pongan una multa para ponerse al día, porque antes de que un policía le pille despistado por desconocer la normativa puede que ya haya generado algún accidente grave.
Antes de la entrada en vigor del permiso por puntos ya se ha registrado un descenso de la siniestralidad de un 10%. ¿La ciudadanía se está preparando para lo que se avecina?
Los conductores están bastante concienciados de lo que va a suponer a partir de ahora cometer una infracción. Esperemos que la llegada del carné por puntos tenga el mismo efecto que en Francia, donde la accidentalidad descendió un 30%.
El papel de los distintos Cuerpos de Policía va a ser imprescindible. ¿Cree que están preparados?
Tengo la esperanza de que la nueva normativa se aplique con lógica. Por experiencia, sé que resulta más efectivo que nos lean la cartilla a que nos pongan una multa.
¿Ve preocupados a los alumnos de su autoescuela por el escaso saldo de ocho puntos con el que van a contar los conductores noveles?
Al contrario, los veo mentalizados y no creo que sea fácil que les retiren los pocos puntos con los que cuentan.
¿Qué nota les pondría a los conductores guipuzcoanos?
Aquí se conduce bastante bien, entre otras cosas porque la gente está muy bien preparada cuando obtiene el carné, ya que el nivel de exigencia de las autoescuelas es muy alto. Lo que ocurre es que las carreteras, además de estar llenas de curvas por el complicado terreno, están saturadas. Y si al volumen de tráfico y al estado del firme le unes algo de exceso de velocidad y el mal tiempo que suele hacer, tienes una bomba.